miércoles, 26 de noviembre de 2008

A Ver Esos Detectives...

En esta oportunidad les traigo un enigma para resolver. Es del libro de Julio Parissi "Los casos del inspector Penike". Es facil, asi que no creo que demoren en llegar a la solución.

pd. Disculpen si por ahí hay uno que otro error de ortografía, es que el programa OCR que me reconoce el texto escaneado por ahi le pifea.

Príncipe y Mendigo:

Esta vez el inspector Penike y su ayudante Les­ter tuvieron que actuar en uno de los barrios más sórdidos de Londres. Los llevó allí la

muerte por cuchilladas de uno de los tantos indigen­tes que viven en sus sucias calles. Este barrio, típico de los suburbios pobres, muestra el contraste de los comercios con sus cortinas bajas a la noche y los ca­fetines que están abiertos hasta altas horas. Por un la­do, el temor de los pequeños comerciantes y por el otro, el desenfado nocturno de los bares que albergan la vida disipada y marginal. El caso del pub Free Wáy con sus puertas abiertas las veinticuatro horas es un claro ejemplo. Sus luces son el faro que atrae toda clase de gente a una hora en que todo alrededor es sombra espesa.

El muerto, un vagabundo muy mayor de apellido Dickens, estaba tirado entre cajas vacías y paquetes de desperdicios, en un callejón sucio y solitario.

-Éste es el sitio en donde acostumbran a dormir va­rios vagos -dijo Lester-. Dickens era uno de esos ha­bitués.

-y hay algo más-dijo el policía que hacía la ron­da en la zona-o Este Dickens pertenecía a una familia adinerada. No sabría decirle por qué razón terminó sus días entre estos vagabundos, pero sé de buena fuente que sus allegados le acercaban todos los meses una importan­te cantidad de dinero para sus necesidades.

-Esto cambia la perspectiva del crimen -razonó Penike-. Sin duda el móvil fue el robo.

-Cierto -apoyó Lester-, estamos a primeros días del mes y es probable que sea ésta la ficha en la que re­cibía su mensualidad.

-¿Alguien vio algo? -preguntó el inspector a los policías.

-Nadie, señor.

-No puede ser -insistió Penike. Y continuó-:

Esta gente no duerme en forma solitaria. Generalmente se agrupan, como una manera de protegerse de los peli­gros de la noche.

-Usted tiene razón -dijo el policía-o Lo que pa­sa es que los que lo acompañaban esta noche no se halla­ban en el lugar en el momento del ataque a Dickens. -Trdigame a todos ellos que quiero hacerles unas preguntas.

El policía volvió con varios vagos y se los fue pre­sentando a Penike. Burgess, un viejo esmirriado y cal­vo, fue el primero.

-Yo me fui media hora a buscar una botella de bourbon que nos hiciera soportable el frío de la noche­dijo Burgess.

-¿En qué licorería estuvo?

-En ninguna -respondió Burgess-. No encontré

ninguna abierta.

El segundo fue Fleming.

-Yo soy nuevo acá -. dijo Fleming-. Llegamos es­ta noche con mi amigo Hailey y decidimos dejar este ca­llejón por un lugar más iluminado.

-Sin embargo, dejó sus cosas junto a Dickens.

-Así es, inspector. El viejo Dickens se ofreció a cui-

darlas. Además, son cosas sin valor, casi. -Luego agregó-: Elegí la vereda del pub Free Way. -¿Alguien lo vio?

-Oh, no, a esa hora estaba cerrado.

- Yo estuve con él toda la noche, inspector. Y mi pa-

labra vale tanto como la de cualquier ciudadano -in­terrumpió Hailey en el interrogatorio.

-Por supuesto, señor Hailey. No lo quise ofender. El último era O'Neill, un indigente que había teni­do un paso por la cárcel en su juventud.

-Yo fui el último que lo vio con vida -dijo O'Neill.

Luego corrigió--: Bueno, a excepción del asesino.

-¿En dónde estuvo, señor O'Neill? -preguntó Les­ter.

-Por ahí-dijo con un gesto vago-o Siempre sal­go a caminar sin rumbo. Sé que no es una buena coar­tada pero es la verdad, oficial.

Penike le hizo una seña a Lester y ambos se dirigie­ron al automóvil policial.

-1Ítlmos a la jefatura. Quizás haya algún otro trabajo.

-¿ y este caso? ¿No lo resuelve? -preguntó Lester,

sorprendido.

-Yá está resuelto -dijo Penike con seguridad.

-Eso es imposible. Ninguno tiene una coartada más

omenos decente. Puede ser cualquiera de ellos. -Ninguno tiene coartada, es cierto -aceptó Peni­ke-. Pero uno miente.

¿Cómo lo sabe Penike?


6 comentarios:

°LiLi° dijo...

fue Fleming!
dijo:
_Elegí la vereda del pub Free Way. -¿Alguien lo vio?
-Oh, no, a esa hora estaba cerrado.

y arriba dice q ese pub está abierto las 24 hs.

masi dijo...

se,se... y el complice es Hailey, por que afirma lo que dice Fleming

Raulss -release 2- dijo...

Oh.. no me fije en el detalle.. cuack

°LiLi° dijo...

si igual lo de Hailey es medio contradictorio o está mal formulado, mejor dicho.. porque fijate q al final del relato dice:

-Ninguno tiene coartada, es cierto -aceptó Peni­ke-. Pero uno miente.

Digamos q.. no es uno el que miente.. son 2! mas alla de que el asesino fuera 1

masi dijo...

si quieren que les pase otro enigma, avisen nomas

°LiLi° dijo...

y daaaale